Agua e Vinho - Egberto Gismonti



Todos los días paseaba secamente bajo el toldo del jardin
la hora muerta, piedra muerta, agonía y las naranjas del jardin
la vida iba entre el muro y las paredes del silencio
y los perros que vigilaban su sueño no dormían
veían sombras en el aire, sombras en el jardín.
La luna muerta, noche muerta, la ventana y un rosario sobre el piso
y un incendio amarillo y provisorio consumía el corazón
y comenzó a buscar por las hogueras lentamente
y su corazón ya no temía a las llamas del infierno
y de la oscuridad sin fin, habría de llegar el amor.